Ahora que ya no tenía a nadie en quien perderse, decidió que era hora de encontrarse a sí misma.
Se levantó de golpe y fue directa al viejo baúl que tenía debajo de la ventana. Se sentó, como si fuera un indio en plena reunión, y lo abrió. Echó un vistazo rápido y acto seguido TACHÁN! Seguía ahí, intacto, tal y como lo dejó el día que, con ayuda de su madre, recogió las cosas de su antigua habitación para mudarse a ese piso en la ciudad. Era su viejo discman.
Volvió a levantarse del suelo con el discman en la mano y se paró en frente de la estantería.
Tercer estante, segundo disco empezando por la izquierda, sin contar el viejo disco de canciones infantiles. Metió el Cd en el discman y rezó en su interior para que funcionase.
La música comenzó a sonar en su cabeza y al mismo tiempo se tumbó en el sofá.
Hacia una noche perfecta para viajar, por todas y cada una de las estrellas, así de paso vería a su abuela.. hacía tiempo que no hablaba con ella.
Desde que se mudó, todo había cambiado…